jueves, mayo 29, 2008

De lo necesario.


El alineamiento de Esperanza Aguirre -particularmente y sobre todo- con Gallardón y por ende en contra de Jiménez Losantos en el momento de la verdad del conflicto es no solo explicable sino inevitable: de ninguna manera un político de talla puede consentir que un periodista, por más que sea de su misma cuerda ideológica y hasta de intereses partidarios, se sitúe por encima de su clase, la política, a la hora de pergeñarla y aun de llevarla a cabo [que esto y no otra cosa es el fondo de la cuestión]. Lo contrario hubiese supuesto una absoluta insensatez.

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