viernes, abril 10, 2009

Una vez más: un Cristo, unos novios y la Muerte.


Ved al Cristo clavado a sus maderos
mecido al son de música y de canto,

por manos de soldados verdaderos
y solo sobre ellos lo más santo.

Ahí están los bárbaros postreros
con un crucificado y con su espanto,

al paso los azures y los veros
enhiestos los guiones sin quebranto.

Ahí con blancos guantes caballeros
de un Rey cadáver único y sin manto,

le piden un acabe con aceros
jamás con cobardía o feble llanto.
*
[Mirad el genio hispano cómo advierte
y une en arte a lo sacro con la muerte.]

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