lunes, febrero 20, 2006

Editorial.


'Mas por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, estoy por vomitarte de mi boca' (Apocalipsis 3:16).
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Aquí, hay que mojarse y no irse de rosas.
Aquí no se libra ni Dios. A Él le rompieron las espaldas
y lo clavaron a un madero por eso mismo: es que era las dos cosas.
¿Fríos o calientes? Los oros, los diamantes y esmeraldas.
¿Tibios? ¡Vade retro! Tras los fosos o a las fosas.

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