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> 'el documento adolece de importantes presencias. «¿Dónde están ...?'
. He aquí un uso que lo muestra bien, sacado de una crónica deportiva: «El equipo adolece ahora de velocidad ». Con ello, el cronista censura al entrenador el ritmo lento que está imprimiendo al juego. Del mismo modo, se lee que un mercado adolece de servicios higinénicos o que un gobernante adolece de comunicación con el pueblo. Frases que convierten en tachas lo que parecen méritos. Porque una multitud ingente de hablantes ha llegado a creer, por difusión rapidísima de un error, que adolecer significa algo así como 'tener el defecto de que le falta' (velocidad, higiene; contacto con los gobernados, etcétera), cuando sólo quiere decir 'tener el defecto de'. Si se dice que un equipo adolece de velocidad se manifiesta que correr y mover el balón con trazos de relámpago constituye una chapuza y que lo bueno es jugar con languidez de minué. En vista de que el mercado adolece de instalacines sanitarias, cabe suponer que las supriman. Y si comunicarse con el pueblo revela insuficiencia política, nada mejor que monclovizarse.
Obviamente, el verbo adolecer exige un complemento que exprese el defecto, la falta, la imperfección, el vicio, la carencia, la tacha, la lacra que se censura: «El equipo adolece ahora de falta de velocidad, de lentitud, etcétera » /.../].
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Joder, y eso que el suelto va de cultura. [Sobre el asunto, he ido a ver uno de los dardos de Don Fernando donde se dice: 'Adolecer - /.../ Muy general es, en cambio, el derretimiento que está sufriendo el verbo adolecer
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