martes, abril 17, 2007

Homicidas del alma de las palabras.

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Ejecución, dice el melón que lo ha escrito matando el sentido de esa palabra que no es otro que el de privar de la vida a un reo [bien es cierto que en el renglón de encima, en letra menos capital, dice asesinato, lo que hace pensar que toma los vocablos por sinónimos plenos y los reparte a boleo].

¿Y qué delito ha cometido ese infeliz para ser merecedor ese sustantivo de reo implícito en el de ejecución tan impactante? Ninguno salvo el de caer en manos de unos delincuentes, quizá muy pronto asesinos si es que no lo son ya plenamente; y el de que ese hecho, su desgracia, haya caído a su vez en las de quienes así entienden el lenguaje.

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