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Culto, deportista y sanguinario.•
> 'De igual modo que admiraría la fuerza de un tigre y su musculatura perfecta, Balzac hace el elogio del ladrón: "Un ladrón es un hombre raro; la naturaleza lo concibió como niño mimado; ha reunido en él toda clase de perfecciones; una sangre fría imperturbable, una audacia a toda prueba, el arte de aprovechar la ocasión, tan rápida y tan lenta, la presteza, el valor, una buena constitución, ojos penetrantes, manos ágiles, una fisionomía afortunada y cambiante..." Y en cuanto a las virtudes colectivas de los ladrones, manifiesta: "No se roban nada entre ellos, observan religiosamente sus juramentos y presentan en medio del estado social, una imagen de esos famosos filibusteros de los que se admira el valor, el carácter, el éxito y las sobresalientes cualidades..." [André Maurois, en Sensatez de Balzac dentro de sus 'Destinos ejemplares'].
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