El Congreso nos divierte.

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¿Estarán bien de la cabeza? Es lo más divertido que he leído en mucho tiempo: 'Tardà fue aún más entusiasta: "¡Esto puede acabar con la pobreza! Daría independencia a los trabajadores frente a los empresarios, y a los jóvenes y a las mujeres". Y el del PNV, se escandaliza: "Pero esto que piden, ¿qué es? ¿La creación del derecho a no trabajar, subvencionado por los que sí trabajan? ¡Es tremendamente insolidario, diabólico!" [¡Diabólico! dice el mostrenco dando por hecho que el diablo es tonto como ellos].

¿Y este orate, y no lo es más que los otros que también lo piden, suelta eso y no hay dios que le ponga una camisa de fuerza a él y a su inmunidad parlamentaria? Y el Congreso ha debatido tal dislate: en verdad que no hay remedio.