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Lo que en verdad debe tocarles los cojones a Chávez y criollos varios, indios, mestizos, mulatos o blancos, asistentes a las cumbres iberoamericanas es la presencia, sin más, del Rey de España. Pues, cabe que se digan ¿qué pinta en ellas si quien dirige la política -también la exterior, por supuesto- española es el presidente del Gobierno? ¿Acaso asiste de forma habitual, como a éstas, a cumbres de la Unión Europea? Para nada. El que lo haga a las nuestras, dirán, es pura representación cuasi histórica, simple nostalgias de otros tiempos, eso de la Madre Patria y otras mandangas. [Es que estos nuevos bolívares se privan por bajarle los humos a la antigua ama].
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