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Un infame Chávez haciendo de Rey mago que les trae de lejanas tierras -no en el espacio sino en las ideas- de canallas su regalo a unas familias atribuladas ya por costumbre. Y encima se le ha adjudicado el papel de Herodes al presidente de esa desgraciada nación, Uribe, único político que en la realidad, no en el cuento, cumple con dignidad y con su papel.
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