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A cuenta de lo que se cuenta que le hizo o le ha hecho a Pasqual Maragall el del talante, o sea, Zapatero, se demuestra por si era necesario que fuese demostrado que para llegar a mandar en un partido -y con ese partido, si es de los grandes, también en el Gobierno- es imprescindible tener en el carácter una veta o vena de hijoputez como la tiene el susodicho y como no la tiene el pánfilo Rajoy a quien el otro, bobo solemne, sí, pero no bobo cándido, le robará siempre que se enfrenten la cartera presidencial. Como Los Caballeros aristofanescos y para derrotar a este Cleón han de encontrar los del Partido Popular, y pronto, un Choricero.martes, marzo 25, 2008
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