sábado, marzo 01, 2008

De la autoridad de la razón o de la razón de la autoridad.


En lo de Arcadi Espada de ayer versando a propósito de las reacciones al incidente protagonizado por el presidente de la República fancesa que le espetó a un ciudadano [quien previamente le había insultado con punible grosería]: '¡Pues lárgate, gilipollas!' se remata así:
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(Coda: "Extraña situación de un rey moderno cuya majestad ha sido de ese modo menoscabada y que no encuentra la manera de castigar". León Bloy, Exégesis de los lugares comunes).
'De Maistre proclama en un lenguje que a veces se eleva a la belleza y la dignidad clásicas -lo que Saint-Beuve llamaba su "elocuencia incomparable"- que la explicación empírica o racionalista es en realidad un disfraz del pecado; porque en el corazón del Universo hay un misterio impenetrablemente obscuro. La autoridad de todas las grandes fuerzas vivas de la vida social, de los fuertes y ricos y grandes sobre los débiles y pobres pequeños, el derecho a exigir obediencia que corresponde a conquistadores y sacerdotes, a los jefes de la familia y de la Iglesia y del Estado por igual, mana de esa fuente oculta cuyo poder mismo reside en su opacidad a la exploración racional: «Podemos decir brevemente: los reyes te lo ordenan y tú debes hacerlo». Esa autoridad es absoluta porque no hay método por el que pueda poner en duda, y es omnipotente porque no hay medio de oponerse a ella. La religión es superior a la razón no porque aporte más respuestas sino porque no oporta absolutamente ninguna.' -En 'Joseph de Maistre y los orígenes del fascismo', de I.Berlin.
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[Otra coda: Ay, no, ya no son ni la familia ni los reyes ni la religión como eran antes porque un misterio impenetrablemente oscuro fue impíamente desvelado].

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