•
De camino a la farmacia he pasado junto a un dispensario de metadona a drogadictos y he visto a seis o siete que allí estaban, jóvenes todos y aun alguno adolescente y ya evidenciando ser simples juguetes rotos en condiciones de ir a parar al cubo de la basura de la vida. En la botica he estado esperando un buen rato en tanto atendían a dos ancianos, mujer y varón, ambos achacosos pero no mucho más que otros varios encontrados en el trayecto. Los medicamentos se los han puesto en un par de bolsas semejantes a las que se usan en los supermercados para los alimentos y el fajo de recetas despachadas aparentaba tener el grosor de un centímetro. Y sí, esta sociedad nuestra está enferma.
No hay comentarios:
Publicar un comentario