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La del Secretario de Organización del PSOE, Pepe Blanco, que por un mal entendido sentido de la responsabilidad institucional y de la no injerencia en asuntos internos de otras potencias se ha resistido en estos últimos meses a confesar públicamente su simpatía hacia Barack Obama 'para no interferir en lo más mínimo en el proceso de elección que estaba desarrollando el Partido Demócrata'.
Muy mal hecho, señor mío, cuando tal confesión pública en su momento hubiese ahorrado a ese partido innúmeras zozobras y muchos millones de dólares.
Muy mal hecho, señor mío, cuando tal confesión pública en su momento hubiese ahorrado a ese partido innúmeras zozobras y muchos millones de dólares.
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