viernes, junio 13, 2008

Indignidad.


El despropósito lingüistico y gramatical de la ministra Bibiana Aído merecedor de figurar en cualquier antología de disparates en exámenes estudiantiles es ya una absoluta indignidad por su empecinamiento en sostenella y no enmendalla. Indignidad a estas alturas no personal sino colectiva, del gobierno de la Nación al que pertenece y de todos cuantos por mor de las reglas democráticas estamos sometidos al poder de semejante Ejecutivo... indignidad acrecentada en aquellos que con sus votos lo han legitimado.

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