¡Colérica exhortación!

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A él, país o pueblo casi entero
[porque hablo de a la inmensa mayoría
y de la calle a que bajó un día,
espuma por los ojos, Blas de Otero],

en esta España de horma, zapatero
y lezna, conjurarlo yo querría:
¡Habla, di, grita, escupe la apatía!
[La boca grapa más que el duro acero].

¡Rebate, increpa, execra y aun blasfema!
[Sin tregua, sea lucha sola baza
pues que aquella te lleva hacia el abismo].

¡Exhibe tu firmeza como lema,
responde con tu ira a su amenaza
y ten respeto solo por ti mismo!