jueves, marzo 26, 2009

Anhelo.


¡Ay, Señor Señor! Tú, que me conoces,
Esposo a quien me di en cuerpo y alma;
de Ti ha de ser anhelo por las hoces
primero que cilicio o que la palma,
cuando uno mis plegarias a sus voces.

No hay comentarios:

Publicar un comentario