Llegan a las costas de la Comunidad andaluza 73 menores ―menores a secas, que denominar inmigrantes, ilegales o no, a críos de 10 ó 12 años parece un tanto desproporcionado― o, según se mire, le llegan a esa Comunidad [73*80 €] 5.840 euros diarios durante no se sabe cuántos años pero en todo caso, muchos; salvo que pueda quitárselos de encima endilgándoselos a otra. Sin embargo es seguro que los gastos que le han llegado [y no se cuantifican los trastornos y conflictos que también conlleva la atención ineludible de esos chicos procedentes en su mayor parte del Magreb y prácticamente inasimilables por el sistema educativo español] superan en gran medida tal cifra aun calculando a la baja, muy a la baja esos gastos.
La cuestión de la llegada irregular de tales menores ―cada vez están llegando más y ya hay en Canarias novecientos acogidos o recogidos en diferentes centros que están totalmente saturados por lo que se empieza a repartirlos por otras Comunidades― es una de las facetas más problemáticas, por prácticamente irresoluble, del fenómeno de la inmigración ilegal.
La cuestión de la llegada irregular de tales menores ―cada vez están llegando más y ya hay en Canarias novecientos acogidos o recogidos en diferentes centros que están totalmente saturados por lo que se empieza a repartirlos por otras Comunidades― es una de las facetas más problemáticas, por prácticamente irresoluble, del fenómeno de la inmigración ilegal.
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