jueves, marzo 15, 2007

Sobre la compasión [y de la compasión considerada como egoísmo]

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Ensayo excelente. Y, con todo, yo reduciría la compasión a un no ser sino una de las más simples al tiempo que poderosa de las manifestaciones del egoísmo: en efecto, solo cabe sentir compasión del otro cuando nos ponemos en lugar de ese otro, de ese a quien compadecemos para al hacerlo compadecernos de nosotros mismos en ese otro, en

el que toma sentimiento que yo dejo
y en el que me veo como en un espejo.

Tan es así que se tiene fundadamente por enfermos morales a los incapaces de sentir empatía, a quienes les es absolutamente imposible ese ponerse en lugar del otro, a los que, en consecuencia, carecen de compasión y, por lo que vengo diciendo, de egoísmo en términos absolutos. De ahí nace también, creo, la admiración que, todo lo injustificada y aun rechazable que se quiera, nos producen los gandes criminales políticos o genocidas, los asesinos en serie, los monstruos morales... en definitiva, todos los psicópatas [pues que los vemos, por paradójico que pueda resultar, como seres superiores dentro de una moral absoluta en la que ellos, desprovistos por completo de egoísmo al tiempo que inmisericordes, llevan esa ética a alturas que nosotros nunca podremos alcanzar].

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